EL ARTE DE VOLVER TRAS LESIÓN
Volver
La historia está llena de momentos en los que, tras una caída devastadora, ha surgido algo aún más fuerte y brillante. Esta es una lección de resiliencia que se puede aplicar no solo a las naciones y sociedades, sino también a nuestras propias vidas cuando enfrentamos desafíos personales, como la recuperación tras una lesión.
Teletransportémonos a Londres, una de las ciudades referentes en el mundo occidental. No es una cuestión desconocida que las condiciones presentes de cualquier hecho están muy influenciadas por las vividas anteriormente. En la historia de esta ciudad un evento traumático marcó el devenir de todo lo que hoy conocemos de ella. En 1666, gran parte de la ciudad fue arrasada por un incendio devastador, dejando a miles de personas sin hogar y destruyendo una infraestructura vital. Sin embargo, de las cenizas surgió la oportunidad de reconstruirse y transformarse en una ciudad más moderna y organizada, impulsado por la necesidad de superar la tragedia.
Un camino de resiliencia y oportunidades
Al igual que la transformación de Londres, la readaptación de una lesión es una oportunidad para mejorar y salir reforzado. En el proceso el ser humano en su conjunto modifica sus conductas motrices, estado de ánimo y hábitos anteriores al momento de la lesión. Nos encontramos ante un ser humano que, a partir de las necesidades de readaptación de una lesión, tiene la oportunidad de adquirir nuevas estrategias que lo optimicen para el momento de su vuelta a la actividad competitiva o vida diaria. Por todo esto, consideramos que el proceso de readaptación debe ir más allá de la mera estructura lesionada. Debemos intentar proponer al deportista entornos que le adapten, desde sus hábitos cómo la nutrición o el descanso hasta los estímulos regenerativos más específicos.
Paso 1 del camino: Evaluar
Ante un reto de tal magnitud, la reconstrucción de un ser humano disfuncional para su actividad habitual, creemos en la necesidad de evaluar cuidadosamente la situación actual y elaborar un plan de acción especifico. Generar un entorno multidisciplinar debe ser clave para garantizar los estímulos necesarios desde las áreas de medicina, fisioterapia, nutrición, psicología y entrenamiento, debería ser un abordaje obligado para acompañar al deportista en todo su proceso.
Desde el área de entrenamiento, el monitoreo y ajuste de los estímulos son clave. Control de parámetros más objetivos como los niveles de fuerza o la amplitud de movimiento de sus estructuras, hasta los más subjetivos relacionados con la calidad del movimiento y la anticipación de eventos inesperados. Todos se presentan como pilares fundamentales, que arrojan luz en el proceso de optimización y readaptación del deportista.
Paso 2 del camino: Análisis, objetivos y a trabajar
El objetivo no es otro que generar los entornos que consideramos más apropiados para que el deportista se adapte los eventos competitivos o de vida diaria en los que es feliz y que convierte, en muchos casos, en un modo de vida. Debemos tener en cuenta que el momento de la lesión se produjo seguramente por un evento para el que no estaba preparado. Por lo que es fundamental que en su vuelta, el deportista haya interactuado con entornos de entrenamiento de una complejidad alta, con exigencias emotivo-volitivas, socio-afectivas y condicionales similares a las que se enfrentará en su día a día.
Paso 3 del camino: Seguimiento
Como ser humano lesionado, ahora ya re-adaptado, debes entender que el mantenimiento de estos nuevos hábitos. Ello te ha llevado a estar más preparado que el momento anterior a la lesión; y es imprescindible que los incluyas en tus rutinas habituales. Todo ello debe presentarse como un reto de obligado cumplimiento, al igual que en la Londres de 1666 se impulsaron nuevas leyes de construcción que la hicieron más resistente a futuros eventos similares a los que originaron su destrucción.
Si te podemos ayudar en tu proceso de readaptación de una lesión, no dudes en contactar con nosotros.