Descubriendo la Ruta del Bienestar: la influencia del movimiento en el envejecimiento

Me encuentro a mi vecino Carlos, está feliz, aunque ya se jubiló hace algún tiempo, ahora que su nieta tiene ya 5 años está disfrutando muchísimo con ella ya que pasa mucho tiempo en su casa. En una conversación de esas de ascensor me habla de los desafíos propios del envejecimiento, que ya empieza a sentir: fatiga, dolor en articulaciones y una sensación de fragilidad que nunca antes había experimentado: “Es normal, la edad no perdona”. A los días, mientras volvía de uno de mis entrenamientos de running, volvemos a encontrarnos, en ese momento estaba con Cristina, su nieta, en el parque y tuve que ayudarle, ya que no fue capaz de subirla al columpio que tanto le gusta. Fue ahí cuando comenzó una conversación que cambió su forma de verse y entendió que el envejecimiento activo era clave.

Hablamos de que el envejecimiento es un proceso natural, pero la manera en que lo afrontamos marca la diferencia entre una vida llena de limitaciones o una vida activa y plena. Aquí es donde entra en juego el entrenamiento, especialmente el entrenamiento de fuerza, un pilar fundamental para mantener la independencia, la movilidad y la calidad de vida en los adultos mayores.

Más allá de la edad: los beneficios del ejercicio en adultos mayores

Muchas personas, como Carlos, creen que, al llegar a cierta edad, el ejercicio deja de ser necesario o incluso seguro. Nada más alejado de la realidad. La evidencia científica demuestra que mantenerse físicamente activo reduce el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares. Además, fortalece los huesos, mejora el equilibrio y disminuye el riesgo de caídas, una de las principales causas de hospitalización en personas mayores.

Carlos comenzó con ejercicios básicos: caminar, hacer sentadillas con su propio peso y levantar pequeñas mancuernas. Semana a semana, sentía su cuerpo responder de manera positiva. Su energía aumentó, su postura mejoró y, lo más importante, recuperó la confianza en sí mismo. No pasó mucho tiempo antes de que volviera a verlo junto a su nieta en el parque, estaba subiéndola al columpio, ambos reían y disfrutaban de un momento único.

El entrenamiento de fuerza: un aliado contra el envejecimiento

Uno de los mayores mitos en torno al envejecimiento es que la pérdida de masa muscular es inevitable. Si bien es cierto que con la edad disminuye la cantidad de músculo, el entrenamiento de fuerza puede contrarrestar e incluso revertir este proceso. Levantar pesas, hacer ejercicios de resistencia con bandas elásticas o incluso usar el propio peso corporal ayuda a fortalecer los músculos y proteger las articulaciones.

Además, el entrenamiento de fuerza tiene un impacto directo en la independencia funcional. Las actividades cotidianas como subir escaleras, levantarse de una silla o cargar las bolsas del supermercado se vuelven más fáciles cuando los músculos están entrenados. Y no solo eso: también contribuye a la salud mental, reduciendo el riesgo de depresión y ansiedad, y mejorando la autoestima. El entrenamiento de fuerza, por tanto, es un gran aliado para un envejecimiento activo.

Nunca es tarde para empezar

Carlos es la prueba viviente de que nunca es demasiado tarde para comenzar. Hoy, con 70 años, no solo ha ganado fuerza, sino que ha recuperado algo aún más valioso: la seguridad en sí mismo y la capacidad de disfrutar su vida sin limitaciones.

Si tienes un abuelo, un padre o incluso si tú mismo estás en una edad en la que crees que ya es tarde para entrenar, recuerda: el movimiento es poder. No importa la edad, siempre hay una oportunidad para alcanzar tu mejor versión. Solo necesitas dar el primer paso para mantener un envejecimiento activo.

¿Y tú? ¿Te atreves a desafiar la edad con el poder del movimiento?

Si te podemos ayudar en tu proceso de entrenamiento individualizado, no dudes en contactar con nosotros.

Abrir chat
Hola!! Bienvenido a 4D Rendimiento, ¿en qué podemos ayudarte?